“El clímax de la obra es la justicia”

“El clímax de la obra es la justicia”

Pablo Schwarz es parte del elenco de El Horacio, obra cuyo estreno durante el mes de octubre coincidió con el inicio del estallido social.

Tras la buena recepción de la crítica teatral, El Horacio se presentará nuevamente en el Teatro Camilo Henríquez con funciones los sábados 14, 21 y 28 de marzo a las 15:00 y 19:00 horas.

“¿Qué cuenta esta historia? Este hecho mitológico, histórico de la lucha de roma contra Alba con solamente un guerrero por ciudad para y así mantener al ejército intacto que les permitiera enfrentarse a un enemigo común: los etruscos. Es una obra coral, que Néstor transformó de manera muy inteligente en esta versión de un espectáculo de Rock, que es una manera de leer El Horacio de Heiner Müller”. Afirma Pablo, quién además describe su personaje como, “si bien soy yo quien encarna al Horacio durante toda la obra, El Horacio es un relato que tiene exclusivamente un narrador”.

El arte a través del Teatro se transforma en un espacio para la expresión de emociones. ¿Cuál dirías que es el momento de clímax en tu personaje?

Más que decir cuál es el momento clímax en mi personaje, creo que, como toda obra, esta tiene un punto de tensión máximo: pero generado por el todo, por la obra completa y no por un personaje en particular. Y creo que eso sucede, en toda obra de teatro. Puede haber un momento de anagnórisis por parte del protagonista, si tomamos la teoría aristotélica. Pero creo que el clímax de la obra es la justicia, y eso la atraviesa. Es una obra que está en constante estado de clímax.

Desde su estreno, la obra ha tenido gran éxito de audiencia. En marzo se presentará nuevamente en nuestro Teatro. ¿Cuál crees que ha sido la clave para su éxito?

Yo creo que la clave para el éxito que hemos tenido con El Horacio, es que es un concierto de rock que relata un hecho de justicia que tiene mucho que ver con el estallido social chileno. Esta obra fue escrita durante grandes estallidos sociales que ocurrieron durante 1968; la Primavera de Praga, los levantamientos a través de toda Europa, el levantamiento de estudiantes y obreros en México en el 68’, matanzas horribles como las que estamos viviendo hoy en Chile. Entonces el deseo de justicia del pueblo es lo que relata la obra, pues claramente está siempre muy en boga y siempre lo estará.

La semana de estreno de El Horacio coincidió con el 18 de octubre, día en que inició el “estallido social”.  ¿Crees que representa en alguna medida esta obra un estallido social atemporal?

Sí, representa un estallido social. Como te decía, fue escrito en la primavera de Praga durante el levantamiento en Italia, Bulgaria. Sobre todo, en el ex bloque soviético, exigencias de democracia. Como hoy en Chile, más democracia. Hoy en Hong Kong, más democracia. EL Horacio de Heiner Müller fue escrita bajo esas revueltas populares, durante esas revueltas populares. Por tanto, que hable de un pueblo que decide a través de una asamblea la suerte de su héroe asesino, pues tienen un héroe asesino (que son dos personajes en uno), cómo decide el pueblo qué hacer con esa persona de manera inteligente a pesar de todo lo negro que puede traer ese ajusticiamiento. Sin ocultar lo malo, sino que exponiéndolo. Cuando se hacen revoluciones creo que es necesario exponer lo más malo que tenemos. Pero sin vergüenza ni miedo. Con malo me refiero a nuestras falencias, no a maldad.

 ¿Cómo ves tú, la mezcla de música y teatro, especialmente en una obra como ésta?

La mezcla de música no es una mezcla en realidad. La música no juega un papel, sino que es otro personaje más que tiene la obra. Hace que cohesione todo el trabajo que realizó Néstor de transformar este relato coral en un espectáculo de rock. En un espectáculo de rock que es muy sintético, y tiene ese atractivo de los espectáculos de música. Es un espectáculo de música absolutamente completo que no tiene canciones. Pero que sí tiene un relato que no está musicalizado propiamente tal porque la música es un personaje más dentro de la obra.

¿Cómo describes tu trabajo con Néstor Cantillana como director?

Estoy infinitamente agradecido, no solo de la compañía porque son grandes amigos y trabajar entre amigos es lo mejor que le puede pasar a uno como actor. Pero en particular, quiero agradecer especialmente a Néstor Cantillana por ser un hombre que mantiene el espíritu de lo que verdaderamente significa ser actor. Él sabe que la actuación no es inocua y mantiene un amor profundo no solo por lo que hace, el teatro, sino también por todos los que interpretamos en él. Es algo que se siente siempre al ser dirigidos por Néstor. El tremendo afecto y respeto que tiene por cada uno de nosotros.

¿Cómo invitarías al público que aún no ve El Horacio?

Creo que es la obra la que invita por sí sola. Y es un buen momento para reflexionar con nosotros en esta obra que tan en boga está en el Chile de hoy.

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