Javiera Mendoza: “Para mí era muy importante desde ese lugar como directora que las familias fueran a ver las obras de teatro”

Javiera Mendoza: “Para mí era muy importante desde ese lugar como directora que las familias fueran a ver las obras de teatro”

La directora de “Antes de morir quiero conocer el cielo” explica su trabajo en torno al hogar, la marginalidad, la injusticia y la opresión.

“Antes de morir quiero conocer el cielo”, obra que se presenta en el Teatro Camilo Henríquez bajo el Festival Santiago OFF, está dirigida por Javiera Mendoza, directora y actriz de 28 años, oriunda de Maipú, que presenta junto a la compañía La Chueca una obra que reflexiona en torno a los afectos construidos entre disidencia sexuales y de género, además de la justicia patriarcal que sigue oprimiendo.

Conversamos con Javiera Mendoza, sobre su historia, motivaciones y su visión sobre el teatro.

¿Cuándo fue tu primer acercamiento con el teatro?

En quinto básico entré a mi primer taller de teatro. Iba en el Colegio Intercultural Trememn. Era muy chistoso porque era muy tímida, pero algo me generaba ganas de ir a compartir en las mañanas. ya en primero medio dije quiero estudiar teatro.

¿Dónde estudiaste teatro y qué fue lo primero que te interesó?

Teatro decidí estudiar saliendo de cuarto medio, entré en la Universidad Mayor. A mí me pasaba algo muy raro que tenía que ver con una sensibilidad que yo sentía y una emoción muy grande cuando iba a ver obras de teatro. Toda la gente aplaudía y los aplausos me paraban los pelos y no entendía por qué.

Quería estudiar teatro porque tenía ganas de actuar, de sacar más personalidad, esas típicas cosas que una piensa que va a ocurrir, pero en primer año de escuela te dicen ponte ropa de training y tienes que moverte y fue como «¿qué es esto?». Pero el reconocerse, identificar ciertas cosas, el canalizar ciertas emociones después una va descubriendo cosas y me enamoré completamente de todo.

¿Tienes referentes nacionales y/o internacional? Pueden ser tanto del teatro como otras artes

Mira últimamente tanto referente no sé si tengo. Admiro a todas las personas que hacen teatro.

Admiro mucho a las compañías que hacen teatro familiar, teatro infantil por sobre todo, las que hacen investigación, las que hacen laboratorio, las que experimentan en escena, las que llevan más de 20 años trabajando y siguen resistiendo, a las mujeres que por fin se les está dando un espacio, hace cinco años diría yo, como directoras de teatro, reconocer las labores y el trabajo que hay detrás.

No sé si tengo muchos referentes internacionales, si me gusta lo más local. Voy a ver mucho teatro, veo un montón y ahí voy evaluando ciertas cosas que me van gustando.

¿Cuáles han sido tus trabajos previos como directora?

Mi primera dirección se llama La Fuerza del Corazón, esa fue la primera experimentación que tuve desde la dirección escénica y es la experiencia más bonita que he tenido y la más aterradora a la vez.

Nunca pensé que iba a dirigir obras de teatro, si tú me preguntas hace siete años atrás yo no quería dirigir en mi vida, lo encuentro muy difícil y con mucha responsabilidad. Pero me empezó a gustar.

Todo es una suma: El elenco, el diseño, la luz, la producción, es un rompecabezas para mí y cuando ves la pieza total, el cuadro total, hay un trabajo de todo un equipo y esto es muy precioso.

¿Cómo fue el estreno de la Fuerza de Corazón? Las sensaciones previas a tu primera dirección.

Esto se estrenó en Teatro de Puente. El momento previo yo creo que nunca he sentido tanto nervio en mi vida como dirigir una obra de teatro. Me quería tirar por el puente (risas).

Estaba aterrada, era una responsabilidad muy grande y unas ansias por querer presentar el trabajo. La dirección es una pieza super clave porque es una guía de algo, que construye un total, pero hay un equipo detrás y ese equipo cuando se trabaja en compañía es muy bello y tu sientes que están en la misma sintonía presentando algo.

Se genera una familia y para mí era muy importante desde ese lugar como directora, que las familias fueran a ver las obras de teatro, porque muchas veces como artistas segregamos de alguna forma el teatro como si fuera solamente para un cierto recorte. No lo crítico porque también es válido, pero a mí me hace mucho sentido que el teatro sea abierto para toda la comunidad.

En que pensemos en conjunto. Que pueda entender la obra mi abuelita, que pueda ir mi hermano, que pueda ir una amiga que no hace teatro, que pueda sentirse bien. Que también se vaya a divertir y vaya a reflexionar, porque tanto drama a ratos también nos agobia con todo esto que está pasando en la vida.

¿Podrías explicar tu proceso creativo como directora teatral?

Lo primero es que, la gran mayoría de las veces, voy al territorio en específico donde ocurre. Si es un hecho noticioso, quiero conversar con esas personas, quiero investigar en torno a la temática, quiero saberlo todo.

Luego hago un mini trabajo teórico para de alguna forma profundizar en la temática y luego se lee mucho y trabajo con un esqueleto escénico, que le llamo yo, en donde voy construyendo de inmediato corporalidades en escena para luego involucrar lo que es el texto la palabra.

Porque muchas veces cuando altiro vamos a la palabra y se vuelve formal o se vuelve sin vida. Te sostiene un esqueleto, un hueso, un cuerpo, una dureza y luego de esta dureza viene el alma, que para mí es otro elemento muy importante, que es el texto que es la vida y el rol de ese personaje y trabajo desde un esqueleto.

Voy armando este rompecabezas, una estructura en lo que es desde el inicio al final, para luego profundizar en cada etapa, en cada texto, en cada palabra y en las imágenes.

Respecto a esto de visitar el terreno, ¿en qué caso o casos se basa Antes de morir quiero conocer el cielo?

En particular está basado en caso de Nicole Saavedra, pero también está basado en muchísimas personas que no salen en televisión, que no son reconocidas y que han matado en este país.

Se han generado muchos lesbicidios, feminicidios también, y siguen matando personas por querer ser libre, por querer pensar distinto a ti, por tener otra visión de mundo y por ser un mirlo, como se menciona en la obra.

¿Cuáles crees que son los puntos claves para que las personas entiendan tus obras?

El hacerlo cercano para mi es muy importante, hablar de la familia en mis obras de teatro. Yo creo que en eso se acerca mucho en el recorte social, en la marginalidad, en hablar de ciertos elementos y hechos que no se hablan.

Siento que no se hacen obras de discapacidad y ni tampoco se hacen obras -ahora un poco más- de disidencia sexuales. Creo que es algo que recién se está abriendo y que sigue siendo muy juzgado por la heteronorma. Ahí se encuentran mis obras y como puesta en escena yo creo que es muy importante el hogar.

¿Qué es un hogar para ti? Puede ser desde la calle, desde un cuadro, desde estar con mi planta, desde estar con mi gato, de estar sola también, de estar con mi familia, con mis amigues. Pero es muy importante generar un hogar, de generar esa calidez o también ese enfriamiento y esa contradicción que hay en las familias.

¿Cuándo y cómo comenzaste a trabajar con la compañía La Chueca?

Con compañía La Chueca comenzamos a trabajar el año antes pasado, el 2020.

Fui convocada por Hitzka Nudelman. Ella me convoca para dirigir esta obra y me dice «quiero que tú la dirijas, que escojas el elenco». Ella tiene esta compañía junto a Teresa Gómez, que es una española a quien le interesa hacer obras de teatro la comunidad LGBTIQ+.

Lo más importante es hablar sobre disidencias sexuales, este silenciamiento, la injusticia t la discriminación que hay contra las disidencias sexuales y de género.

Antes de morir quiero conocer el cielo

¿Qué crees que diferencia esta obra en comparación a otras que abordan la justicia patriarcal?

En eso se relacionan mis dos obras de teatro, al menos en la dirección. Creo que en este país no existe justicia y no sé si va a existir.

Es algo super poco esperanzador pero a la vez es un deseo que moviliza a continuar y que no acaba, en donde finalmente vemos que siempre te pisa, te pisan con el gran zapato, que le nombro yo, y oprimen y siempre oprimen.

Hay un deseo, pero se oprime y yo creo que la diferencia está en que estas personas creen. Estos personajes creen en que esto puede cambiar y luchan contra eso. Una lo va viendo a través de que comienza a pasar la obra, van entendiendo y van descubriendo estas contradicciones, se van identificando y van reconociendo su ser lesbiana, por ejemplo, el nombrar ser lesbiana, el enfrentarse en un pueblo siendo lesbiana.

O sea, los lesbicidios todavía no son pasados por lesbicidios en la justicia chilena, son pasados por homicidios calificados. Aun no hay justicia. Quisiéramos tener este habla, de alguna forma poder encarnar y que los espíritus de todas estas personas que están en esta obra se levante, de todas, todos y todes quienes han muerto y se han sentido violentados por pensar distinto.

Que ni siquiera nombraría ser distintos, ¿qué es eso de ser distintos? Todas las personas somos distintas, va en querer quienes somos. Punto final.

¿Cuáles son tus planes a futuro?

Tengo proyectos, pero son para el próximo año. Con esta compañía en particular queremos seguir trabajando como base la discriminación a disidencias sexuales. Queremos indagar en lo que es la dictadura de Chile, por los 50 años este año en particular. Estamos viendo cómo podemos hacerlo para un segundo montaje

Hago de todo un poco, no soy solo directora, también soy actriz, escribo también, soy creadora. Estreno una obra en mayo que se llama Terrapolis, estreno otra obra que se llama Hermana, que ahora la vamos a estar presentando como una apertura de procesos por Santiago OFF en la Sala Agustín Siré.

Para ir cerrando, ¿cómo invitarías al publico a ver Antes de morir quiero conocer el cielo?

Invitaría al público que vayan a ver la obra partiendo porque son dos funciones y no sé si vamos a seguir con la obra.

Vayan a ver esta obra porque es una obra sensible donde hay animales, imagínate que ternura, que cosa más bonita también no sólo existen los seres humanos, donde también habla de la familia, del hogar, es una obra para todo tipo de público, para que podamos reflexionar en torno a la violencia, pero no tan solo desde un lugar cómo la estamos viviendo hoy porque siento que estamos viviendo una gran violencia en todo sentido, desde la escucha, desde el hablar.

No solamente encerrarnos en nuestros mundos y en nuestros círculos, sino que ver mucho más allá. Invito a ver esta obra porque es familiar también, porque es una obra para ir a ver con amigues, con tu mamá, es una obra que puedes ir con tu abuela, que la va a entender.

Invito a vayan a ver esta obra porque se van a divertir y van a reflexionar en torno a algo que está sucediendo todos los días de nuestras vidas.

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