“Lo original no viene avalado por nadie más que por uno mismo”

“Lo original no viene avalado por nadie más que por uno mismo”

Considerado por la Revista Wikén como uno de los 5 directores más destacados del teatro emergente de la última década, Tomás Espinosa ha desarrollado su carrera como director y dramaturgo de la mano de la Compañía Geografía Teatral.

Tomás Espinosa Bertrán, estudió actuación en la Universidad de Chile, especializándose luego como Máster en Prácticas Escénicas y Cultura Visual. Su trabajo creativo ha sido presentado en diversos teatros y festivales del país (Chile) y en el extranjero (Girona, Madrid, Mónaco, Szczecin-Polonia).

Durante el primer semestre de este año, Tomás estrenaba en nuestro teatro “Flaca Alejada”, obra de la que es director y dramaturgo. “Ha sido una experiencia que ha ido de la mano con el acontecer nacional y mundial: el estallido social, las incansables manifestaciones locales e internacionales, luego la pandemia mundial del Covid-19 son factores que nos han removido, han alterado nuestras rutinas y han sacado a flote lo mejor y peor del ser humano. Esto ha provocado que el proceso sea un espacio donde cada integrante del equipo vierte su necesidad de expresar su opinión y sentir frente a un panorama tan agitado”.

Estudiaste Teatro en la Universidad de Chile, sin embargo tu carrera terminó perfilándose más bien en la dirección y dramaturgia. ¿Por qué?

Mientras estudiaba me di cuenta que sentía mayor comodidad y confianza dirigiendo y escribiendo. Siempre me sentí estudiando teatro en su concepción más amplia.

Pienso que sentir confianza es el inicio de hacer bien cualquier cosa, para poder expresarse con originalidad más aún. Lo original no viene avalado por nadie más que por uno mismo.

Ya que nombras mi paso por la Universidad, ahí conocí la actuación como un espacio muy hostil; competitivo y discriminatorio. Tras esa experiencia mi objetivo como profesor de actuación es dar herramientas que hagan del escenario un espacio confiable, un lugar seguro para las y los estudiantes, aunque nunca va a perder su vértigo, ya que ahí el presente se siente muy fuertemente, y eso siempre va a requerir valentía.

¿Qué hacía de ese lugar de estudio un espacio hostil?

Era un espacio hostil en el sentido que te presentaban el teatro como un espacio de talento y competencia y para mí es lo opuesto: trabajo y colaboración. En esa época varios profesores en su mayoría carecían de herramientas pedagógicas y ante ese vacío imponían un juicio de gusto que desde la perspectiva de hoy es sumamente violenta.

Ahora esto ha ido cambiando gracias a varios factores, entre los más importantes las perspectivas feministas impuestas desde las estudiantes.

¿Siempre supiste que tu camino profesional era el de las artes escénicas? ¿Cuáles han sido los momentos claves en este camino?

Sí, partiría citando a Juan Sánchez y su frase “Me gusta el arte, todo tipo de arte”
La clave de mi camino vocacional en las artes escénicas es su naturaleza multidisciplinaria, la posibilidad de trabajar con la interrelación de imagen, cuerpo, texto, sonido, discurso, espacio y más factores me produce fascinación, como creador y espectador.
El trabajo en equipo también es un diferencial clave que me hace permanecer en el teatro, ya que esta característica obliga a trabajar sobre el concepto de comunidad, que es un espacio que me interesa mucho.

¿Qué personas han sido importantes en este proceso?

En mi colegio; Marcela Terra, construyó un taller de teatro súper exigente y lindo, nos hacía discutir sobre arte, escenografía, personajes, poesía, pintura y luego llevar eso al escenario. Era un lugar donde los niños éramos tratados como seres pensantes y sensibles. De ése taller muchos nos dedicamos a trabajar en arte (literatura, artes visuales, etc…) y seguimos siendo amigos después de más de 20 años.

En la Universidad; Guillermo Calderón, años antes de ser connotado internacionalmente como director y dramaturgo, fue mi profesor en primer año de actuación. Me mostró el teatro como un espacio político donde son muy valiosas las miradas particulares sobre realidad, y eso me permitió comprender el aporte crítico de mi propia subjetividad y motivarme a compartirla.

En la vida profesional; mis compañeras de Geografía Teatral: Bárbara Vera, Carola Chacón, Camila Provoste y todas las personas que suman a nuestros proyectos crean una comunidad clave -que por medio de la discusión y la creación escénica- irradian una motivación y un sentido que me hacen seguir en esto, enfrentando todas las dificultades que tiene.

¿Qué significa para ti la formación de la Compañía «Geografía Teatral»?

La formación de Geografía Teatral nace de la necesidad de hacer teatro eso nos reunió con Bárbara Vera, el año 2006, ese año hicimos “After”, nuestra primera obra que tuvo una recepción increíble, se nos llenaba el sótano donde la hacíamos de mucho público y artistas que admirábamos.

Y la trayectoria de la compañía creo que se debe a una combinación de esa necesidad y hambre creativa que cada persona del equipo posee con un respeto profundo hacia el otro.

De los 12 montajes de esta compañía, has sido tu director y dramaturgo. ¿Cuál de ellos es el que más te representa hoy y por qué?

Jaula Obesa. Siempre me ha gustado su nombre raro. Y hoy –a más de 10 años de su estreno- es una obra que aún repercute fuertemente en nuestra actualidad. El encierro, el patriarcado y la desigualdad enmarcados en un clasismo brutal muy propio de nuestro país, lamentablemente.

En abril de este año estrenaba la «Flaca Alejada» en nuestro teatro. En breves palabras, ¿cómo fue para ti el proceso creativo?

Ha sido una experiencia que ha ido de la mano con el acontecer nacional y mundial: el estallido social, las incansables manifestaciones locales e internacionales, luego la pandemia mundial del Covid-19 son factores que nos han removido, han alterado nuestras rutinas y han sacado a flote lo mejor y peor del ser humano. Esto ha provocado que el proceso sea un espacio donde cada integrante del equipo vierte su necesidad de expresar su opinión y sentir frente a un panorama tan agitado.

No nos podemos alejar de lo que ocurre hoy. El escenario se ve difícil para las y los artistas, así como también para las Universidades, donde eres docente. ¿De qué manera has pensado re inventarte?

No sé si nace de mi la reinvención, por el momento me parece todo tan cambiante y potente, que creo que el acontecer me está reinventando más a mí que yo a mí mismo.
Creo que el tema de hacer teatro, de comunicarnos es un deseo y creo que el deseo es una energía muy potente que siempre se las arregla para seguir existiendo, realizándose.
Y en términos prácticos y económicos creo que las salidas y soluciones son colectivas más que individuales.

Siguiendo la línea de la pregunta anterior, ¿cómo sería según tu criterio, una manera efectiva de dar un apoyo real a las y los trabajadores de las artes escénicas?

Toda ayuda la visualizo en un próximo gobierno. El gobierno actual me parece un contexto que ni siquiera desprotege a las personas, si no va en contra de las personas.
Así que creo que la ayuda que nos tenemos que hacer a nosotros mismos es ser agentes de participación política, para lograr una mayor representación en las próximas elecciones.

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