“No puedes ser solo un goleador y ya: también tienes que ser un ejemplo”

“No puedes ser solo un goleador y ya: también tienes que ser un ejemplo”

Valentina Mora junto a Felipe Arce dirigen “El nueve, goleador de colección”, obra que se presentaba durante este 2020 en nuestro teatro.

Estrenada el 2017 en el Campus Oriente de la Universidad Católica, esta obra de la compañía «Fuera de Lugar», nace de la reescritura de «El centroforward murió al amanecer», original de Agustín Cuzzani en 1955, “que leímos con mi compañero, y este texto fue la forma de partida para construir nuestra propia obra, porque fue el punto de partida sobre la temática del fútbol, y también todo lo que permite abrir el fútbol a otras áreas para que fuera más interdisciplinar” señala Valentina.

De la obra, su opinión sobre el deporte y sus proyectos futuros, conversamos con esta joven actriz que da sus primeros pasos en la dirección y dramaturgia.

¿Cómo ha sido tu experiencia en la dirección y dramaturgia?

En la dirección partí un poco antes del trabajo que hicimos con la compañía Fuera de Lugar. Partí dirigiendo y co dirigiendo en la Escuela de Teatro UC, haciendo obras para postular a distintos festivales dentro de la escuela que se llaman “Festivales Volcán”. Sin embargo, montar El Nueve ha sido la experiencia más completa que he tenido en dirección y dramaturgia. Una experiencia en co dirección y co dramaturgia también con Felipe Arce, uno de los primeros integrantes de la compañía, mi colega. Partimos escribiendo el texto con cosas que nos gustaban. Así, el texto comenzó a crecer, con mucho trabajo y conversaciones. Ahí la dramaturgia comenzó a tomar forma. Después de eso, me enamoré de la dirección. Me gusta mucho actuar, pero con la compañía encontramos una forma de construir una puesta en escena que fuimos descubriendo juntos. Teníamos nociones de lo que queríamos hacer, por eso fuimos llamando a esas personas a trabajar con nosotros. Todo eso fue como construir una familia, en un espacio donde nos conocimos mucho.

La dirección me ayudó a entender muchas cosas del teatro. Por otro lado, la dirección tiene aspectos que son complejos. Por ejemplo, cuando estás trabajando en una compañía emergente, es buscar la forma de mover el montaje, entrar a festivales. La dirección artística también me gusta mucho, el poder describir distintos lenguajes, complementarlos, trabajarlos en escena ha sido genial.

¿Desde dónde surge la idea de esta obra?

Uno de los temas que hay detrás es la mercantilización de los jugadores. Nos interesó hablar del negocio, del modelo neoliberal que impera en todas las áreas del país, pero que permite que los objetivos sean otros a la hora de dedicarte a alguna disciplina. Ahí lo podemos comparar o hacer un paralelo con lo que es el teatro también. El tema de la meritocracia, de cómo tienes que ir logrando objetivos para salir adelante dentro de un contexto que no te favorece el camino; que no te hace más simple salir de la marginalidad, la pobreza en la que muchas personas se encuentra, pero que igualmente se quieren dedicar a este tipo de cosas.

Por ejemplo, el tema de los jugadores es brutal. Ahí hicimos una gran investigación para entender la gravedad del problema, donde muchos niños de sectores muy pobres del país entienden el fútbol como una oportunidad, porque los jugadores son personas que venían desde sectores vulnerados. Es uno de los sectores con mayor meritocracia. Y cuando uno de los jugadores se vuelve famoso y puede participar de distintos equipos internacionales es multimillonario. Entonces el sueño que se vende a los niños que incursionan en el fútbol fue algo que nos interesó investigar.

¿Qué historia personal hay detrás?

Yo estaba dando clases en un colegio en Cerrillos, y en el taller de fútbol había mucha gente participando, mientras en el taller de teatro muy pocas. Fue una de las cosas que me aclaró mucho el panorama para poder construir la obra desde dos lugares. Además, a mí me gusta mucho el deporte en general. Por otro lado muchos de los cabres de la obra son futboleros, entonces yo también comencé a rodearme de eso.

Nuestra obra viene de la mano de esas experiencias, en que sentíamos que el teatro tiene que vincularse con otras áreas para que no llegue a las mismas personas. Nuestro objetivo en ese lugar era lograr que sea una obra que convoque a otros públicos, de personas que nunca han ido al teatro.

La obra se trató principalmente de Magallanes, cosas que fuimos descubriendo con la dramaturgia. Eso nos permitió conectar con el equipo y con la hinchada de Magallanes, con “La Bandita de Magallanes” que es un equipo que tiene mucha historia dentro del país, que hace muchos años está en tercera división, y también porque a Magallanes todos lo quieren, aunque sean de otros equipos. Comenzamos a escribir más sobre ese equipo en particular y encontramos los cruces históricos que tienen con otras áreas importantes y que también forman parte importante de esta gran pieza. Fue un gran descubrimiento, y que estos hinchas quisieran ver teatro. Muchas personas nunca habían visto teatro y lo hicieron por esta obra que trataba muchos aspectos de su querido equipo.

“El Nueve, un goleador de colección” ha recorrido distintos escenarios, nacionales e internacionales. ¿Cómo ha sido esa experiencia?

Ha sido una gran experiencia, hemos llevado la obra a distintos espacios, desde cachas a teatro. Nosotros estrenamos el 2017 en la sala La Vitrina, también tuvimos funciones dentro de la Escuela de Teatro en las canchas, porque como es una obra de fútbol siempre la pensamos así. Entonces a la hora de postularlo a festivales, creo que esa fue la principal ventaja del montaje. Ahí decidimos llevarla al “Festival Otro Teatro” de la Casona Nemesio Antúnez que ganamos lo que nos permitió tener funciones dentro de la casona. También estuvimos en el festival “Artífica la UC” haciendo el montaje en los distintos campus de la Universidad Católica.

Nuestro primer viaje fuera de la Región Metropolitana fue el Festival Itinerante de Atacama. Viajamos específicamente a Caldera. Fue una experiencia muy enriquecedora, porque pudimos conocer a otras personas de otras regiones trabajando en teatro, interactuar con la gente, el público de la función que vivían en esa zona. Fue una experiencia muy buena. Viajamos todos juntos y el equipo es muy grande, entonces es un gran logro que podamos viajar.

También hicimos funciones en Matucana 100, estuvimos en FILSA, en el teatro que se monta en la Estación Mapocho. Hemos estado en festivales autogestionados como Santiago a la Gorra, “Entre Cielo y Mar” en Antofagasta.

Lo que más nos motivó fue un encuentro internacional que tuvimos, de Moreno en Buenos Aires, con una compañía que hace “El Octubre Callejero”. Ahí fue una experiencia muy grata porque conocimos mucha gente, trabajamos con otras compañías de otras naciones. Fue muy interesante poder ver otros tipos de teatro. Eso nos permitió hacer nexo con otras compañías. Todo eso fue una experiencia enorme: desde la producción, la gestión de llevar la compañía a otros lugares, la experiencia de estar ahí, de compartir con otras personas, de poder hacer efectiva esa idea de poder llevar teatro a otros muchos espacios. Y todo desde la autogestión, por eso ha sido super arduo y potente la experiencia.

¿Crees que existen verdaderos goleadores en nuestro país?

Creo que existen jugadores muy talentosos, increíbles, por eso muchos son llamados a nivel internacional. Me preocupa el tema de los jugadores del país, es que el espacio que se abren es privilegiado. Pienso estas personas que parten desde un lugar muy humilde jugando fútbol y llegan a tener otra situación económica brutalmente diferente y un reconocimiento masivo por parte de la población chilena y se aprovechan de estos espacios sin ser conscientes de otras actitudes. No puedes ser solo un goleador y ya: también tienes que ser un ejemplo. Ahí pongo el caso de Leo Valencia y todo lo que apareció recientemente en temática de fútbol y la violencia que él ejercía sobre su pareja y cómo los equipos dejaron que siguiera jugando y hacer vista gorda a todo lo que había detrás.

Hay cosas que no se deben dejar pasar. Porque a pesar de que seas un buen goleador y tengas una carrera bien construida, debes ser una persona íntegra en otros ámbitos. Entonces sí, creo que existen goleadores en nuestro país, pero me pregunto este otro tema que salió recientemente.

A tu parecer, ¿habrá alguna vez un espacio real para las mujeres en este deporte? ¿Se repite este escenario tal vez «desigual» en las artes escénicas?

Creo que puede haber un espacio real para las mujeres en el fútbol chileno. Pero es un espacio que se va a ir abriendo desde adentro hacia afuera. Un espacio que “La Roja Femenina” ha ido posicionando, que jamás ha sido al revés, jamás se les ha entregado ese lugar siendo que tenemos muy buenas futbolistas y no es fácil. De hecho, desde los comienzos del montaje de El Nueve me preguntaron en muchas entrevistas, cómo era para mí como mujer dirigir este montaje? Entonces no es algo que pase desapercibido. Al parecer el fútbol es un deporte que diferencia mucho del género. En los últimos años apareciendo el tema del feminismo, recuperándose en las olas feministas, se ha dado más eso; a las mujeres recuperándose en el deporte, hacer partidos mixtos donde no haya una diferenciación mujer- hombre, han salido muchas mujeres desde los colegios a tomarse el espacio del fútbol femenino, pero no es algo que se haya ido abriendo de manera fácil, es algo que se ha ido batallando.

Creo que sí, se repite el escenario desigual en relación con las artes escénicas. Pero desde otro lugar, porque es más fácil ver mujeres. Pero sucede mucho. Que mujeres no son convocadas a los proyectos, siendo que la mayoría de los proyectos tienen más hombres, incluyendo este proyecto. Es un escenario desigual, pero no solo en las artes y en el deporte, sino que es un escenario transversal en la idiosincrasia chilena. Es algo para revisar en todas las áreas, pero sí, es algo que tenemos que ir abriendo. No van a existir, mientras nos demos a conocer los iremos abriendo. Como el año pasado, que la Roja Femenina fue seleccionada para el Mundial de Francia, sin embargo, la Roja Masculina no. También que este año disputaban los Juegos Olímpicos 2020.

¿Cómo has podido afrontar el trabajo de las artes en medio de la pandemia?

He tenido una baja muy importante de manera profesional en el desarrollo de las artes escénicas, porque todas las funciones que teníamos se cancelaron, muchas cosas que íbamos a hacer se desarrollaron de manera on line y no tuvieron retribución económica. En el momento presente, no estoy viviendo de las artes escénicas, ha sido difícil. Yo trabajaba en una compañía de teatro para colegios tocando temáticas de bullying, de convivencia escolar, y todas se cancelaron porque los colegios están cerrados, entonces ha sido un escenario hostil.

Sin embargo, seguimos trabajando en otros proyectos con mi equipo, tener otras ideas y trabajar por plataformas on line. También en otra compañía en la que trabajo “Escena crítica y memoria” hicimos funciones por Zoom, conversatorios, charlas y distintas actividades. Ha sido muy diferente, he dado clases de oratoria.

Ha sido difícil porque la creación teatral es una experiencia que se vive en el presente compartir los espacios es parte de ella. Pero también debimos tener la capacidad de reinventarnos para llegar de otras formas con nuestro mensaje con lo que queremos decir como teatro, como compañía a los públicos. Estamos esperando que esto cambie, que podamos volver a los teatros a trabajar de forma presencial.

¿Cuáles son tus proyectos futuros?

Con mi compañía queremos postular al proyecto para realizarlo el próximo año, estamos postulando al Fondo de las Artes como la mayoría de las compañías en Chile, dado que es uno de los pocos espacios donde podemos conseguir fondos para trabajar.

Una de nuestras ideas futuras es trabajar este proyecto que se llama “En defensa propia”, estamos construyendo la dramaturgia de la obra, tenemos muchas ideas en cuanto a representación, lenguaje escénico. Hemos hecho muchas reuniones para hacer la postulación del proyecto.

Es lo que queremos que suceda el próximo año, poder montar nuestra obra y poder trabajar con el equipo de nuevo. También trabajar en que podamos hacer esta obra presencial. Además, el lenguaje que nosotros desarrollamos tiene que ver mucho con el cuerpo, con la partitura escénica, la acrobacia, manipulación de objetos. Es algo que vale la pena ver presencial, no tanto con Zoom. La historia se construye desde los cuerpos de los personajes, no solo de los textos.

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