Abrir espacios para la conversación, retratar situaciones no solo desde el sufrir, sino también de los vínculos, las vivencias, el apoyo. Estos son los elementos que rondan en torno a «Hermana», obra de se estará presentando esta semana en el Teatro Camilo Henríquez.
Su directora y dramaturga, Ana López Montaner, es actriz de la Universidad Católica, docente, dramaturga y con Magíster en Artes con mención en dirección teatral de la Universidad de Chile. En esta entrevista nos entrega su proceso creativo, su estilo al momento de tratar el aborto en «Hermana» y lo que puede entregar el teatro a estas temáticas.
¿Cuál fue tu primer acercamiento al teatro? Tu recuerdo más lejano.
Desde el colegio. Yo fui de la compañía de teatro del Liceo Manuel Barros Borgoño, era la única mujer ahí partí, porque es un liceo de hombres. Un amigo me invitó a ser actriz de esa agrupación y esa fue mi primera experiencia con el teatro, pero tenía, no sé, trece años, algo así.
Después fui parte de los talleres de Balmaceda 1215 durante mi adolescencia y después entré a estudiar teatro a la UC. Ahí me titulé de actriz y seguí estudiando. Hice un magíster en Artes con mención en Dirección Teatral en la Chile y estando en la UC, yo ya estrenaba obras.
En mi último año estrené una obra en el extinto Teatro Lastarria 90. Una versión de Antígona que se llamaba «El thriller de Antígona» y tuve la fortuna que ese texto fue elegido para una compilación de dramaturgia chilena del 2000, donde compartí libro con gente que yo admiraba mucho, como Calderón, Galemiri estaba también Calasso, la Manuela Infante y Juan Claudio Burgos.
Pude viajar a Cuba porque fue una publicación que se hizo para la Feria del Libro, que estaba dedicada a Chile ese año en La Habana. Viajé con Manuela y con Juan Claudio y presentamos el libro y fue espectacular.
¿Y qué fue lo que te llamó a estudiar teatro?
Yo creo que el sentimiento de colectivo de grupo, de estar creando en grupo, eso de tener esta familia teatral y también mi necesidad expresiva personal como una persona muy sensible.
Conectar con un canal expresivo fue algo que me gustó mucho, que lo disfrutaba, lo necesitaba como parte de mi vida.
¿Cuáles han sido las obras de teatro que te han marcado en la vida o te han marcado para ser directora y dramaturga?
Que haya visto o al menos leído también porque me interesó mucho la dramaturgia estando en la escuela. Me gustaron mucho las obras de teatro griego cuando estaba en la universidad, me impactaron las tragedias.
Después todo el realismo en la UC. En esa época se hacía harto realismo, todo el realismo norteamericano, Shakespeare también hicimos harto. Yo creo que esta dimensión, esta escala dramática un poco gigantesca de los clásicos, me gustó mucho.
Pero luego, cuando ya conecté con mi propia autoría y cuando empecé a ver, para mí fue importantísimo una obra, que todos ya conocen, porque no es tan antigua, del Alexis Moreno, una obra que se llama «Trauma».
Esa obra me encantó cuando estaba en la escuela y ahí seguí harto la dramaturgia de él. «El Apocalipsis de mi vida» y todas esas obras de Alexis Moreno.
¿Qué te encantó de ese trabajo? ¿De los trabajos de Alexis?
La ironía, el humor, la desfachatez. La escala también porque, como te contaba, que a mí me interesaba mucho la escala de los griegos, lo grande, los clásicos y esa escala teatral de algo exagerado o grande en elteatro contemporáneo.
Creo que él lo da, lo daba en la locura. Cuando se presentó por primera vez «Trauma» en el 2000 era loquísimo que las situaciones que él planteaba y también esta memoria colectiva a la que él apelaba como Fantasilandia. Lugares que a nadie le importan y él los ponía como escenario de sus obras o de sus relatos en sus obras.
Esa personalidad me encantó y eso con referentes más chilenos. La Manuela Infante también me encanta, pero ya es contemporánea, total mía. En general todos los trabajos que desde la actuación se enfrentan con honestidad a las emociones que trabajan.
Creo que para mí es súper importante conectar desde lo emocional con el teatro, y cada vez que veo actores que están entregando todo desde ahí, que están poniendo sus emociones, que están ahí entregándose desde una verdad, una honestidad, me conmueven y me gusta.
O sea, porque articulan la dramaturgia muy desde la palabra. Es como que hay una estrategia detrás. Cuando hay unas dramaturgias que están, al menos en el realismo, se notan más cuando las dramaturgias tienen que armarse estratégicamente para contarte de una manera una cosa. Valoro mucho también cuando está ese trabajo en el que yo tengo que descubrir y yo tengo que trabajar al ver la obra.
Para confirmar, ¿te gusta más dirigir o escribir?
¿Sabes qué me pasa? Que ahora con esta obra, con «Hermana», hace mucho tiempo que yo no dirigía algo mío. Desde esa obra que te comenté, de Antígona, que también la dirigí, escribí un par de cosas más ahí, pero luego me dediqué a puro dirigir, dirigir y dirigir, porque armé una cosa que se llama Interdram y ahí había mucho dramaturgo y pocos directores.
Además estudié dirección, como te conté, entonces empecé a tomar obras y a hacerla. Creo que me gusta mucho dirigir, pero me pasa algo raro que cuando escribo siento que se me abren espacios que yo no imaginé, que desde la dirección siento que tengo que producir mucho más, tengo que hacer mucho más.
Me encanta estar desde la dirección, lo disfruto ene, pero desde la dramaturgia me pasan cosas como esa vez que me publicaron o ahora cuando escribí «Hermana» me seleccionaron para una residencia en Barcelona, me llevaron con todo pagado, fue maravilloso. Estuve un mes escribiendo, terminando de escribir la obra. Entonces digo uy, me parece que tengo que escribir más ja ja ja.
En cuanto a eso, ¿cómo podrías describir tu proceso creativo al momento de escribir?
Lo que pasa es que con Interdram, que es una organización que partió siendo muy desde dramaturgia para dramaturgos y de procesos creativos de escritura, desarrollamos una metodología en torno al feedback en el proceso.
Entonces yo empiezo a escribir algo, tengo algún borrador y lo muestro sin vergüenza, aunque sea horrible, aunque no esté resuelto, pero no importa, porque me enfrento como una devolución de alguien, que en buena onda me está diciendo cosas que le está produciendo lo que yo estoy inventando.
Eso lo he desarrollado ya casi por diez años con Interdram y ahora para «Hermana», yo me agarré muchísimo de eso. O sea «Hermana» la he reescrito 80 veces y me gusta eso, me encanta ser escuchada en el proceso de creación, me encanta que me hagan devoluciones, que me digan qué les pasó, qué les pareció raro o qué se imaginaron, qué pensaron para dónde iba lo que yo estaba escribiendo.
Me alimento mucho de esos comentarios. En «Hermana» y en la residencia que hice, también yo entregué mi texto, mis borradores a muchos colegas, muchas actrices. Hice como cuatro lecturas dramatizadas con distintos elencos en donde gente vino a ver esas lecturas, me comentaron cosas, yo mandé el texto para que me dijeran cuestiones también sin lectura, solo leyendo las personas.
Sin eso creo que no podría, en la soledad, imaginarme sola escribiendo algo lo encuentro terrible. Me gusta tirar como la bolita y empezar a ver qué recibo y elegir cosas de lo que recibo o repensar, reanalizar superanalítica.
Esta cosa de la devolución de una mirada amistosa con respecto a mi trabajo me encanta. También relaciono mucho la parte de la creación, como alguna vez alguien me ha dicho, tener la humildad también de poder hacer eso. No de abrir tu proceso antes de que estés súper segura de lo que estás haciendo para recibir comentarios y muchas veces los comentarios son nada que ver, pero de vez en cuando aparecen cosas súper buenas y vale la pena.
Conectando eso y pasando a la obra, ¿cuándo y por qué nace el texto de «Hermana»?
Nace en el 2021 en plena pandemia o a mediados de la pandemia. Creía que era el tema que necesitaba hablar, de las hermanas, lazos familiares, reconstrucción de vínculos y dado que los personajes eran estas dos hermanas, y mi amor por los clásicos. también yo me imaginé mucho la relación de las hermanas Antígona e Ismene, que es mi clásico favorito, porque tienen visiones opuestas en relación a una ley.
Entonces ahí empecé a agarrar toda lo que me había emocionado de las luchas por el aborto libre con respecto a la ley sobre el aborto, a la petición de una ley para que fuera derecho y lo vinculé mucho con esto de la ley impuesta de los hombres que ocurre en «Antígona».
Ahí empecé a vincular en mi cabeza lo clásico, lo nuevo, lo contemporáneo de esta demanda y empezó a salir «Hermana». Lo del aborto me encajaba perfecto y era un tema que me ha movido siempre, esto de algo prohibido, de no poder hacerlo libremente sin tener una causal.
Por ahí también leí que hay como infinitas causales, tantas como mujeres. Entonces que hayan solo tres, está este miedo a que todas las mujeres puedan hacer lo que quieran o todas las personas gestantes puedan tomar decisiones sobre sus cuerpos lo asocio a el miedo derribar mandatos sobre la maternidad, porque hay tanto miedo a derribar esos mandatos de la maternidad. Bueno, porque la sociedad patriarcal está basada en esta organización familiar de género, entonces sin madres que cuiden en el fondo se cae todo.
Al final es un tema muy profundo lo del aborto, por un lado todo esto antagónico que despierta, que es los que están en contra, los que están a favor, las posiciones de las creencias en lo político que vincula al aborto, sino que también esto otro que te que te comentaba, el darme cuenta que también desde los clásicos, desde «Medea», ponte tu, «Antígona», todas las mujeres que han tratado romper la norma como personajes son castigadas, son maltratadas, son humilladas, son asesinadas o son suicidadas en el contexto de la dramaturgia,
Ahora también estuve trabajando en una ópera como asistente y en «Carmen» también, una mujer libre que se enamora y es maltratada por eso.
¿Cómo se articula desde la dirección una obra de más de una hora con sólo dos actrices?
Está harto basado en la dramaturgia y luego en encontrar acciones que tengan que ver solamente con lo escénico, como la dramaturgia igual es una historia que va desentrañándose por capas y que va ocurriendo en un tiempo acotado. Hay una cierta presión que le da movimiento a la acción, que le da urgencia a la acción.
Es una obra que pasa muy rápido, hay muchos contenidos que van apareciendo del pasado, de la infancia, de la relación que ellas tenían con su madre, de este reencuentro, del no verse hace cinco años, del conflicto actual que tiene una de ellas, que es parvularia, que ama a los niños, que cree en Dios, pero quiere abortar.
Las contradicciones que le trae a este personaje su situación presente con el reencuentro de esta hermana a la que ella no ayudó cuando ella quiso abortar y la mamá la echó de la casa y por eso no se ven hace tanto tiempo.
Hay muchos conflictos que en esta hora de obra y que yo como directora estoy entregándole al público, a quienes la miren, mucha información de distintas índoles para que se mantengan entretenidos y también emocionales. También que estén ocupando su criterio para descifrar en qué posiciones se ponen o qué cosas empiezan a decantar en sus observaciones, en sus pensamientos.
El trabajo con el diseño es muy importante para mí. Yo estoy trabajando con una dupla de diseñadoras que ya nos conocemos hace harto tiempo y tenemos un diálogo bien fluido y llegamos a algo que me satisface bastante.
Satisface bastante en términos simbólicos, llegar a los tejidos como material o como algo expresivo de lo que se está tratando, de qué pasa con estas mujeres que se ayudan, que son familiares, a pesar de todas las cosas que tienen de conflicto igual se ayudan.
Me lleva a pensar también en que el aborto es una situación que en Chile se da en la clandestinidad. Si tú no tienes una causal, las que proveen acompañamiento, pastillas, información, son redes de mujeres. Entonces el tejido se me conecta con esta idea de red.
También con el tejido como la idea de un tejido orgánico que es lo que finalmente también van a ser en como acción final, la decisión de abortar. Entonces lo del tejido me lleva así como directora a unir simbólicamente lo que planteo como escritora y lo que planteo como directora en lo visual.
Por otro lado, también en lo sonoro, porque me di cuenta cuando buscaba la música, por ejemplo, instrumentos musicales con semillas eran vitales para mí en el sentido que le encontraba como una razón de ser a ese sonido, a esa musicalidad.
Decir que es una obra sobre derechos reproductivos, me interesa conectarlo de algún lado con la música, no solo porque la música me lleve a algo emocional, sino que también en su forma, que se usen semillas sonoramente me pareció que cerraba también desde ese lugar de lo que se escucha con los contenidos de la obra.
¿Cuáles crees que son los puntos claves para entender «Hermana»?
El reencuentro de dos hermanas que se separaron por ideologías distintas y que ahora se necesitan. Tienen que reparar este vínculo. Pienso en familias que han estado separadas por eso, hay muchas familias que creen cosas distintas, hermanas, padres e hijos, madres e hijas y que se separan, se dejan de hablar, se pelean, en fin, porque tienen ideologías que no se llevan, entonces recoge por un lado eso.
Por otro lado, está lo íntimo de poder aprovechar eso para instaurar el tema del aborto, de la libertad del cuerpo, de los derechos reproductivos y de esta cosa que es tan milenaria del aborto, que es biografía de casi todas las familias del mundo, aunque sea secreto o abiertamente es así.
Poner estas historias desde un lugar que es de apertura, que es un lugar que es desde la compañía. No me interesaba hablar del aborto desde el sufrimiento, desde únicamente el dolor y la tragedia, sino que más desde algo más normal, de un lugar de asumirlo como parte de la vida de las mujeres, como un conflicto que es parte de la vida de mujeres en algún punto de su biografía y también de su familia.
Si no es a ti, es a tu hermana, a tu abuela le pasó, a tu vecina le pasó. Entonces quise también decir bueno, si voy a tratar el reencuentro de dos hermanas, que se tomen temas que solo puedan abordar estas hermanas, aprovechar ese vínculo, esa confianza y intimidad que hay entre ellas para sacar a la luz este tema que me interesa.
¿Qué crees que puede aportar el teatro como arte para hablar de estas temáticas?
Sé que es tan personal de quien esté viendo la obra, ¿verdad? Pero nosotros tuvimos un espacio de pretemporada y fueron personas de distintas partes, de distintas edades y en particular me llamó la atención un comentario de una señora de más de 70 años, que se me acercó y me dijo que la obra le había ayudado a sanar una especie de vergüenza o de culpa que había guardado durante muchos años, porque ella había abortado hace como 40 años.
En esas pequeñas cosas en las que el arte, sin generalizar, sin decir esta obra a todos les va a llegar de la misma forma, sino que a cada persona le va a llegar desde un lado. Quizás alguien le va a recordar a sus vivencias como esta mujer o a otras que se emocionen, porque han sido madres.
Ese es el otro tema, la maternidad. Volviendo atrás a tu pregunta, la maternidad como mandato, pensaba mucho en lo difícil que debe ser asumir una maternidad sin querer o sin poder cuestionártelo. Porque sí, porque no hay otra opción, porque la otra opción es más difícil. Me hago la idea y soy madre, entonces ese rollo también está, esa sumisión está y se ve como algo violento en la obra, que ocurre sobre los personajes.
Sé que va a llegar mucho a cuestionarnos o a pensar en cómo a veces nos vemos involucrados. Cuánto realmente decidimos, cuánto está ahí porque no queda otra. Hay un rollo con la maternidad importante que yo creo que también afecta a también la decisión de no ser madre, que muchas mujeres se lo están pensando también fue agradecida dentro de los comentarios que recibimos, que se abra como que se vea, que se muestre en un escenario legítimo el hecho de no querer ser madre.
Y por otro lado, también las dificultades que enfrentan las que son madres, también aparecen en la historia de la obra. Es como un espacio, yo creo la contribución de apertura emocional sobre estos temas, emocional y también analítica de pensamiento. Algo que cada uno puede agarrar según su biografía, sus vivencias.